Los alimentos orgánicos se definen como todos los productos que proceden de la agricultura ecológica. ¿Qué se entiende por agricultura orgánica? Un sistema de producción que respeta la salud humana y el medio ambiente en todas sus fases, excluyendo el uso de cualquier producto químico de síntesis y de cualquier organismo modificado genéticamente, con el fin de preservar y mejorar las características del suelo y respetar las formas de vida y la biodiversidad.
En la agricultura ecológica, el reciclaje y la recuperación son las palabras clave y se prohíbe el uso de pesticidas, herbicidas, fungicidas e insecticidas sintéticos, sustituyéndolos por abonos naturales como el estiércol o el compost orgánico (derivado de la descomposición de los alimentos). Por lo tanto, se puede decir que los productos alimenticios son ecológicos porque se derivan de estos métodos naturales.
¿Qué es la agricultura ecológica u orgánica?
La agricultura ecológica puede definirse como «un sistema de producción holístico, que promueve y mejora la salud del ecosistema agrícola, fomentando la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo». Favorece el uso de buenas prácticas de gestión en la explotación en lugar del uso de insumos externos, teniendo en cuenta que los sistemas de producción deben adaptarse a las condiciones regionales.
Esto se consigue, siempre que sea posible, mediante el uso de métodos culturales, biológicos y mecánicos en lugar de materiales sintéticos», según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Historia del concepto de agricultura ecológica
El término Agricultura Ecológica apareció en torno a 1920, cuando se produjeron movimientos y manifestaciones contra la fertilización química y a favor de la práctica de cultivos basados en procesos biológicos naturales.
Inicialmente, los movimientos se dividían en cuatro grupos principales: agricultura ecológica, biodinámica, natural y orgánica. A mediados de los años 70, estas vertientes se agruparon y recibieron el nombre de agricultura alternativa, que hoy se conoce como agricultura ecológica.
Objetivos de la agricultura ecológica
Los sistemas de agricultura ecológica buscan optimizar la salud y el bienestar de los animales, los cultivos y las personas, así como mantener y mejorar el medio ambiente en la explotación y sus alrededores. Para ello, esta práctica agrícola no utiliza fertilizantes, pesticidas e insecticidas sintéticos y aplica técnicas de producción que potencian la fertilidad natural del suelo y reducen la incidencia de plagas, enfermedades y malas hierbas en los cultivos.
Agricultura convencional vs agricultura ecológica
La principal diferencia entre la agricultura ecológica y la convencional radica en el uso de fertilizantes, pesticidas y agrotóxicos para optimizar el proceso de producción agrícola. Además del uso de pesticidas, una diferencia entre los dos tipos de cultivo es la práctica del monocultivo, en el que el agricultor planta una sola especie, lo que perjudica la recuperación y el mantenimiento del suelo.
La agricultura convencional, al hacer uso de mecanismos y tecnologías artificiales para la protección de los cultivos, se considera muy agresiva tanto para el medio ambiente como para la salud humana.
Entre los principales riesgos para el medio ambiente, causados por el uso indiscriminado de agrotóxicos y fertilizantes, se encuentran: la degradación del suelo, la contaminación del suelo y de los cuerpos de agua alrededor de las plantaciones, la contaminación de las reservas de agua subterránea, las llamadas napas freáticas, la deforestación; y cuando se trata del uso indiscriminado de fertilizantes nitrogenados, el impacto del óxido nitroso en el desequilibrio del efecto invernadero (una de las contribuciones relativamente más contundentes en el proceso de cambio climático), entre otros riesgos para el medio ambiente.
En cuanto a la salud humana, los estudios demuestran los daños asociados a la ingestión de alimentos contaminados por cantidades excesivas de plaguicidas, que pueden provocar disfunciones hormonales, contaminación de la leche materna, mala formación del feto y dificultades en el desarrollo de las capacidades cognitivas, además de ser sustancias posiblemente cancerígenas.
Una de las soluciones encontradas a este problema fue la agricultura ecológica, que, como se ha mencionado anteriormente, no utiliza pesticidas en su cultivo, se ajusta a las características del lugar y utiliza tecnologías naturales para el mantenimiento de la plantación.
Agricultura orgánica y agricultura biodinámica, ¿cuáles son las diferencias?
La agricultura ecológica se diferencia de la biodinámica en sus técnicas de cultivo. Técnicas antiguas como el «abono verde» (enterrar las plantas después de la cosecha para enriquecer el suelo) o el uso de extractos de plantas medicinales como insecticidas para las plantas son típicas de la agricultura orgánica. Por ejemplo, se pueden emplear plantas como el Equisetum Arvense, la Ortiga, la Valeriana y muchas otras que, maceradas y pulverizadas sobre los cultivos, evitan la infestación.
El empleo de insectos portadores de polen que llevan el polen de una flor a otra, permitiendo la polinización, también favorece el desarrollo del fruto. Así, las sustancias de origen mineral, animal y vegetal dan lugar a la «gestión integrada de plagas» para combatir las infecciones y enfermedades en las plantas cultivadas.
La cría ecológica de animales para obtener una carne de alta calidad también consiste en excluir la utilización de antibióticos y hormonas y alimentar a los animales con piensos no tratados químicamente.
En la industria alimentaria, el empleo de colorantes, conservantes, aditivos sintéticos y procesos de conservación está prohibido para la preparación de alimentos ecológicos preenvasados. Por lo tanto, el producto final debe cumplir las normas de certificación ecológica.